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Tierra y raíces. Un largo caminar de Oriente Medio a África
Del 15 de noviembre de 2018 al 13 de enero de 2019De lunes a sábado de 11 :00 a 19:30. Domingo y festivos de 11:00 a 15:00h.
MADRID
Sala de columnas de Casa Árabe (c/ Alcalá, 62. Planta sótano).
De lunes a sábado de 11 :00 a 19:30. Domingo y festivos de 11:00 a 15:00h.
Entrada libre hasta completar el aforo.
Hasta el 13 de enero está abierta al público esta exposición de esculturas flotantes de la artista Houda Terjuman.
La condición del mundo contemporáneo es la del mestizaje cultural. El multiculturalismo adquiere, en la perspectiva teórica de los Estudios Culturales, un carácter totalmente positivo, una nueva fuerza que ayuda a reorganizar los espacios sociales en nuevas formas de sociedad; ayuda a estructurar nuevas prácticas y a problematizar nuevas teorías de auto-representación, como una forma de superar los límites disciplinarios y los dictados que cada cultura impone al individuo.
Escapar del espacio dado, asumir un desarraigo y desplazamiento hacia otro lugar que tenga repercusiones en el individuo, ya sea huyendo de la guerra o saliendo a buscar trabajo para construir una vida que pueda satisfacer deseos y necesidades, constituye una partida que significa la pérdida de contacto con la patria. En la condición de exilio, el hombre se convierte en un árbol desarraigado, como en esta historia contada por Houda Terjuman, que termina por recuperar la estabilidad en el espacio flotante y líquido de lo contemporáneo.
Escapar del espacio dado, asumir un desarraigo y desplazamiento hacia otro lugar que tenga repercusiones en el individuo, ya sea huyendo de la guerra o saliendo a buscar trabajo para construir una vida que pueda satisfacer deseos y necesidades, constituye una partida que significa la pérdida de contacto con la patria. En la condición de exilio, el hombre se convierte en un árbol desarraigado, como en esta historia contada por Houda Terjuman, que termina por recuperar la estabilidad en el espacio flotante y líquido de lo contemporáneo.
La escultura, como nos recuerda Heidegger, cumple la función de generar un nuevo espacio, un lugar para vivir y negociar procesos de identidad en la confrontación con el otro. El árbol y los sistemas biológicos son una metáfora de la condición cultural pues, una vez erradicados y tras resistir a las presiones externas, terminan por generar una única raíz que se extiende en varias direcciones, en lugar de tener la pretensión de sujetarse a las profundidades del suelo.
Houda Terjuman nació en Marruecos en 1970 de padre sirio y madre suiza. Después de obtener un BA en la Escuela Americana de Suiza, decide dedicarse a la escultura. Sus obras han sido expuestas en numerosas galerías europeas, Oriente Medio y Magreb. Ha participado en ferias de arte contemporáneo como “1:54” en Londres, “Artissima” (Turin), “Volta Show” (Basel) o “AKAA” (París). También ha participado en exposiciones colectivas en museos como MMVI de Rabat, Viborg Kunsthal o Brandts Odense en Noruega.
En sus esculturas flotantes nos transporta en un viaje a través de Medio Oriente a Occidente y África. El hombre en el exilio se convierte en un árbol desarraigado y vive un viaje doloroso para encontrar un equilibrio.
En sus esculturas flotantes nos transporta en un viaje a través de Medio Oriente a Occidente y África. El hombre en el exilio se convierte en un árbol desarraigado y vive un viaje doloroso para encontrar un equilibrio.