Declaración conjunta sobre Libia
Por los gobiernos de España, Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia y Reino Unido
20 de febrero 2015
MADRID
Madrid, 18 de febrero de 2015
Los gobiernos de España, Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia y Reino Unido condenan firmemente todos los actos de terrorismo en Libia. El odioso asesinato de veintiún ciudadanos egipcios en Libia por terroristas afiliados a Daesh resalta, una vez más, la urgente necesidad de lograr una solución política al conflicto en Libia cuya continuación sólo beneficia a los grupos terroristas, incluyendo Daesh. El terrorismo perjudica a todos los libios y ninguna facción puede enfrentarse, por sí sola, a los desafíos que tiene ante sí Libia. El proceso liderado por Naciones Unidas para establecer un gobierno de unidad nacional brinda la mejor de todas las esperanzas para que los libios puedan oponerse a la amenaza terrorista y puedan hacer frente a la violencia e inestabilidad que impiden una transición política y el desarrollo en Libia. La comunidad internacional está preparada para dar pleno apoyo a un gobierno de unidad nacional que pueda enfrentarse a los retos que, actualmente, tiene Libia.
El Representante Especial del Secretario General, Bernardino León, convocará en los próximos días unas reuniones con el fin de conseguir apoyos adicionales en pro de un gobierno de unidad nacional. Felicitamos a aquellas partes del conflicto que hasta ahora han participado en el diálogo y tomamos nota de las declaraciones de apoyo formuladas por la Cámara de Representantes y por el Consejo Municipal de Misrata, así como de otros a favor de este proceso. Animamos firmemente a todas las partes, incluyendo a aquellas personas individuales relacionadas con el anterior Congreso General Nacional (CGN), que aprovechen esta oportunidad para unirse en los próximos días al proceso liderado por las Naciones Unidas, con un espíritu constructivo y de reconciliación si esperan participar en la construcción del futuro político de Libia. La urgencia de la amenaza terrorista exige un progreso rápido del proceso político, que tiene que basarse en plazos bien definidos.
No se permitirá que aquéllos que buscan obstaculizar este proceso, así como la transición política de Libia, cuatro años después de la revolución, condenen a Libia a caer en el caos y en el extremismo. Serán obligados a rendir cuentas al pueblo Libio y a la comunidad internacional por sus actos.