Ali Kattab presenta su último disco en Madrid
El artista, que actuó el pasado 26 de junio en el concierto del Templo de Debod, presenta "Sin País".
03 de julio 2014
MADRID
Egipto se apodera del flamenco
El guitarrista y compositor Ali Khattab presenta en la sala Galileo su nuevo disco
El guitarrista Ali Khattab un día antes de la presentación de su nuevo disco en la sala Galileo.
Sara Calvo 03/07/2014
El exotismo de un laúd acompaña a una guitarra española acariciada por los sutiles dedos de Ali Khattab. El guitarrista y compositor egipcio ( El Cairo, 1977) vive con un espíritu en su interior que le pide ser libre, que le pide tocar para disfrutar.
Ali busca la sutileza a la hora de rasgar las cuerdas de la guitarra, lo que empapa a su obra de su calmada pero definida personalidad. El motor de su música es un duende egipcio que es muy similar al flamenco. "El duende flamenco y el egipcio son muy parecidos", se atreve a destacar Ali. La magia que desprende el flamenco tiene su origen en esa alma cantaora que hasta ahora, se creía ubicada en Andalucía.
Sin embargo, Khattab pone de manifiesto la existencia de ese espíritu en El Cairo, donde las calles son el escenario predilecto para que fluya esa "energía que te pone los pelos de punta", según el propio compositor.
La corriente viaja paralela a la técnica, y cuando ésta explota, el público alcanza una conexión total con el arte del cante, a la vez que el artista se aproxima al Parnaso.
Conseguir este nivel casi místico es el objetivo de Ali, que ha empleado más de seis años en componer su último disco, Sin País. Este tiempo ha sido una búsqueda constante de la perfección para que la música sea capaz de dar voz al corazón de un artista que sólo quiere ser libre.
Calificar su estilo como una fusión de estilos es un error que él mismo se apresura a corregir. "No hago fusión ni creo en ella. Mi trabajo es saber colocar los diferentes instrumentos para que se complementen entre sí".
Tajantemente se borra el término de su biografía, que siempre ha sido tratada bajo el mismo marco de mezclas absolutas. Un guitarrista flamenco no tiene por qué sentir los ritmos árabes y viceversa, lo que deja a un lado la fusión para que la obra musical se convierta en una complementación de ritmos y sentimientos innatos determinados por las raíces geográficas. La única regla que dirige las pautas musicales de Ali es el respeto por la técnica original de los estilos del flamenco. Las bulerías y los fandangos se versionan bajo la premisa de no faltar al respeto a la tradición.
Para conocer profundamente estos estilos, Khattab anduvo por las calles de Jerez de la Frontera, codeándose con "los gitanos, el origen del flamenco de verdad". Con ellos, y sin saber castellano, el compositor fue capaz de entenderse con la tradición española por excelencia y combinarla con la egipcia que heredó desde la cuna.
Fruto de la mezcla surge su música, que ahora más que nunca, es una muestra fidedigna de su personalidad. Ali quiere disfrutar, no quiere versionar a nadie nunca más y así poder salir de un caparazón que le impidió ser feliz.
Ahora se siente seguro y se ha dado cuenta de que para que el público disfrute, primero tiene que gozar el artista. Y para conseguir ser un virtuoso, hay que empezar por ser un aficionado del ritmo, de la magia y de la chispa que derrochan los instrumentos.
Ali ha interiorizado los cambios, y su segundo disco es una evolución musical y personal hacia la perfección. Sin País quiere transmitir en ocho canciones un crecimiento personal en el que la felicidad propia prima ante el público, la técnica y las presiones comerciales.
Ha llegado el momento de disfrutar y de improvisar. La sala Galileo será testigo de excepción del nuevo proyecto de Ali esta noche a las 21.00 horas. Él estará nervioso, pero seguro de sí mismo. Sabe lo que hace, hace lo que quiere y quiere disfrutar. Ha llegado el momento de atravesar la frontera del nuevo arte.
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