La exposición “Hassan Fathy: a contracorriente” presenta a uno de los arquitectos más geniales e interesantes del pasado siglo. Un hombre de su tiempo que encarna en su biografía las contradicciones del siglo que le tocó vivir. Su obra muestra su vocación por la modernidad, pero sin renunciar al pasado, a la sabiduría encerrada en la arquitectura tradicional que, paradójicamente, aporta soluciones a problemas que hoy han cobrado más relevancia que nunca.
 
El legado que nos dejó Hassan Fathy (Alejandría 1900 – El Cairo 1989) está más vigente que nunca. El Instituto Egipcio de Estudios Islámicos de Madrid y Casa Árabe, han querido reivindicar la figura de este arquitecto egipcio de importancia universal a través de la exposición a la que este catálogo acompaña, y que presenta la labor exhaustiva y minuciosa que Fathy llevó a cabo para desarrollar lo que él llamo “tecnologías apropiadas” para hacer así una arquitectura respetuosa y dialogante con el entorno humano y natural.  
 
Como el lector podrá comprobar en los magníficos ensayos que acompañan este catálogo, las aportaciones de Fathy no sólo son importantes como soluciones constructivas adaptadas de los usos vernáculos. Su filosofía defendió con convicción las ideas de comunidad y de proximidad, asuntos que son de absoluta actualidad. Cualquier arquitecto, urbanista o sociólogo que trabaje hoy en políticas públicas de nuestras ciudades, conoce la importancia de promover el uso de materiales procedentes del entorno con el fin de reducir costes de transporte y contaminación (lo que hoy llamamos la huella de carbono); o el valor de incentivar espacios públicos de sociabilidad, plazas, patios y rincones, donde permitir que los individuos compartan y experimenten la arquitectura a una escala humana.  
 
Nuestra apuesta por dar a conocer a este arquitecto, adelantado a su tiempo, se inscribe también en un momento en el que universidades de todo el mundo están reconociendo, investigando y dando visibilidad a numerosos hombres y mujeres de las artes y del pensamiento del mundo árabe que a lo largo del siglo XX contribuyeron con sus obras a construir una modernidad propia, forjada en su relación con las potencias coloniales de occidente pero también en su reivindicación de elementos de la cultura y la historia locales. La figura de Hassan Fathy, nacido con el siglo y de espíritu humanista y crítico, responde perfectamente a esta mentalidad moderna en el contexto de Egipto.  
 


«En otro tiempo, había una belleza innata en todo lo que nos rodeaba: éramos nosotros mismos». Hassan Fathy, 1981.
La figura de Hassan Fathy (Alejandría, 1900- El Cairo, 1989) es una de las más controvertidas, apasionantes y complejas de la historia de la arquitectura contemporánea. Fathy fue un adelantado de su tiempo y hoy pasa por ser uno de los fundadores de la arquitectura sostenible, afincada en las tradiciones locales, vernáculas. Fue un visionario a contracorriente, en gran medida incomprendido. Cuando a mitad del siglo XX se imponía el estilo internacionalista a ambos lados del Telón de Acero y fuera, en un mundo llamado entonces en desarrollo, y que aspiraba a copiar los modelos impuestos por el llamado Primer Mundo, Hassan Fathy salta a la arena para oponerse a la homogenización de los paisajes urbanos, batallando, cual Quijote sobre la mesa de dibujo, contra esos no-lugares impersonales de los que hablará el sociólogo francés Marc Augé medio siglo más después.