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Conclusiones del seminario sobre sunníes y chiíes celebrado en Córdoba
Del 24 de octubre de 2013 al 27 de octubre de 2013
El seminario Sunníes y chiíes: lecturas políticas de una dicotomía religiosa, llevado a cabo en la sede de Casa Árabe de Córdoba este martes 22 de octubre, fue evaluado por los participantes como un excelente ejercicio de debate, además de ser informativo y complementario, gracias a los distintos perfiles de los ponentes e investigadores.
Entre los asistentes, estaban representadas las siguientes instituciones: la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), el Centro Internacional de Toledo para la Paz (CITPax), la Fundación Transición Española y la Cátedra UNESCO para la Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba.
A continuación se resaltan algunos puntos interesantes que se discutieron durante el seminario:
1. Arabia Saudí e Irán son las dos fuerzas regionales cuya influencia y maniobras afectan en gran medida los procesos de transición en los países árabes y la lucha entre ambas ramas del islam.
2. El nuevo sectarismo se manifiesta bajo distintos tamaños y formas. El ser un grupo pequeño no significa que sea una menor amenaza para la estabilidad (en particular debido gracias al uso de medios de comunicación instantáneos).
3. Las diferencias y los conflictos entre sunníes son complejas y difíciles de sortear; igualmente entre chiíes. No son bloques monolíticos que obedezcan a una sola autoridad.
4. A pesar de que la solidez del estado-nación se encuentra debilitada de cara a actores no estatales (Hizbullah en el Líbano, grupos militantes en Siria o milicias armadas en Iraq), sigue siendo en muchos casos la única estructura con instrumentos para frenar la expansión del sectarismo.
5. La tesis de que las líneas fronterizas establecidas por el acuerdo Sykes-Picot en 1916 son anacrónicas y cederán su lugar a un nuevo mapa siguiendo líneas sectarias no es totalmente aplicable ahora mismo. A pesar de la retórica, hay más incentivos para seguir con este orden que buscar uno nuevo.
6. No hay que subestimar el poder del simbolismo y los medios de comunicación en el ensanchamiento de la brecha sectaria. El ataque a templos, la ausencia de un apretón de manos, las transmisiones en directo pueden con enorme facilidad complicar la coexistencia. En ese sentido, la combinación de medios sociales con medios tradicionales (TV, radio, prensa) pueden ser muy nocivos.
7. Es necesario entender mejor a la juventud, cuyo papel en los recientes levantamientos populares árabes es innegable. ¿Cómo se forman las “mentalidades de culto”, el papel de víctima y cómo eso desvirtúa la noción de ciudadanía?
8. La política es el factor determinante en la lucha sectaria. Para otros, existe un factor causal que proviene de la interpretación religiosa y por ello, es imperativo un cambio de pensamiento en las autoridades religiosas.
9. Existen nuevos términos que se incorporan al léxico diario, por lo menos académico. La “chiización” de algunos países (Líbano, Siria, Iraq); la “fatualización” de la esfera pública (de las “fatua”, edicto que se emite por autoridades islámicas de formación cuestionable) que invade los medios de comunicación; la discriminación sectaria positiva.
10. En términos más filosóficos, hay que aprender a vivir con las diferencias irreconciliables y desistir de querer reconciliar. La mediación debe buscar la coexistencia pacífica, pero no solo mediante el diálogo ya que este es insuficiente.
9. De la misma forma la tolerancia no es suficiente, ya que es una aceptación pasiva y lo que debe hacerse es una promoción activa de la diferencia y de la diversidad.
10. El avance del sectarismo en países como Líbano, Siria, Bahréin e Iraq es crítico, pero es importante no perder de vista lo que sucede en Yemen, Arabia Saudí y Egipto. Incluso Irán, que piensa más en términos estratégicos, está siendo cada vez más influenciado por la dinámica sectaria.
A continuación se resaltan algunos puntos interesantes que se discutieron durante el seminario:
1. Arabia Saudí e Irán son las dos fuerzas regionales cuya influencia y maniobras afectan en gran medida los procesos de transición en los países árabes y la lucha entre ambas ramas del islam.
2. El nuevo sectarismo se manifiesta bajo distintos tamaños y formas. El ser un grupo pequeño no significa que sea una menor amenaza para la estabilidad (en particular debido gracias al uso de medios de comunicación instantáneos).
3. Las diferencias y los conflictos entre sunníes son complejas y difíciles de sortear; igualmente entre chiíes. No son bloques monolíticos que obedezcan a una sola autoridad.
4. A pesar de que la solidez del estado-nación se encuentra debilitada de cara a actores no estatales (Hizbullah en el Líbano, grupos militantes en Siria o milicias armadas en Iraq), sigue siendo en muchos casos la única estructura con instrumentos para frenar la expansión del sectarismo.
5. La tesis de que las líneas fronterizas establecidas por el acuerdo Sykes-Picot en 1916 son anacrónicas y cederán su lugar a un nuevo mapa siguiendo líneas sectarias no es totalmente aplicable ahora mismo. A pesar de la retórica, hay más incentivos para seguir con este orden que buscar uno nuevo.
6. No hay que subestimar el poder del simbolismo y los medios de comunicación en el ensanchamiento de la brecha sectaria. El ataque a templos, la ausencia de un apretón de manos, las transmisiones en directo pueden con enorme facilidad complicar la coexistencia. En ese sentido, la combinación de medios sociales con medios tradicionales (TV, radio, prensa) pueden ser muy nocivos.
7. Es necesario entender mejor a la juventud, cuyo papel en los recientes levantamientos populares árabes es innegable. ¿Cómo se forman las “mentalidades de culto”, el papel de víctima y cómo eso desvirtúa la noción de ciudadanía?
8. La política es el factor determinante en la lucha sectaria. Para otros, existe un factor causal que proviene de la interpretación religiosa y por ello, es imperativo un cambio de pensamiento en las autoridades religiosas.
9. Existen nuevos términos que se incorporan al léxico diario, por lo menos académico. La “chiización” de algunos países (Líbano, Siria, Iraq); la “fatualización” de la esfera pública (de las “fatua”, edicto que se emite por autoridades islámicas de formación cuestionable) que invade los medios de comunicación; la discriminación sectaria positiva.
10. En términos más filosóficos, hay que aprender a vivir con las diferencias irreconciliables y desistir de querer reconciliar. La mediación debe buscar la coexistencia pacífica, pero no solo mediante el diálogo ya que este es insuficiente.
9. De la misma forma la tolerancia no es suficiente, ya que es una aceptación pasiva y lo que debe hacerse es una promoción activa de la diferencia y de la diversidad.
10. El avance del sectarismo en países como Líbano, Siria, Bahréin e Iraq es crítico, pero es importante no perder de vista lo que sucede en Yemen, Arabia Saudí y Egipto. Incluso Irán, que piensa más en términos estratégicos, está siendo cada vez más influenciado por la dinámica sectaria.